Héctor Francisco Gagliardi (1909-1984) fue un destacado poeta, recitador y letrista de tango argentino, conocido por sus poesías y textos en lunfardo. Fue probablemente el poeta que mayores ventas de libros alcanzó en la historia argentina, si se exceptúa el Martín Fierro, alcanzando un millón y medio de ejemplares.
Nació en barrio de Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, en la calle Lima al 900, viviendo durante su infancia y juventud en el barrio de San Telmo. Reconocido hincha de Racing Club de Argentina, le llego a escribir más de un poema al club de sus amores. Fue íntimo amigo del poeta Celedonio Flores ("el negro Cele"). Él lo impulsó a recitar sus versos en público, haciéndolo por primera vez en un bar de la cortada Carabelas, centro nocturno tanguero por excelencia. Esa misma noche lo escuchó un productor y lo llevó a Radio Belgrano, donde para recitar sus poesías en el programa de Jabón Federal, alcanzando grán éxito popular.
Su apodo de El Triste, proviene de su debut, durante la Segunda Guerra Mundial, recitando su poema "Reyes magos", una emotiva composición sobre la guerra, los niños y los juguetes.
La Maestra
| Tan buena como mi vieja y como ella nerviosa, de las que agrandan las cosas y que por nada se quejan;
Tenia entre ceja y ceja esa cuestión del aseo y en lo mejor del recreo revisaba las orejas. Decía que un pajarito al oído le nombraba los niños que conversaban cuando salía un ratito;
Y si un grandote de quinto armaba la tremolina, parecía una gallina cuando tiene los pollitos. Nos tomaba la lección siguiendo el orden de lista y obligaba con la vista a seguir con atención;
Yo era medio remolón porque andaba por la “G” y cien veces me chasquié al preguntar de a traición. Se pasaba todo el día prometiendo malas notas y que en vez de la pelota estudiaran geometría
Era mujer...¡que sabia de un golazo de boleo...! por eso es que en el recreo los muchachos se reían....
Pero un vez se enfermo y mandaron la suplente que enseñaba diferente y hasta un día de “usted” nos trató;
Y nosotros ...¡que se yo!... seria mejor maestra pero fieles a la nuestra declaramos el boy-cott.
Y cuando vino al grado después de la enfermedad nos pusimos a gritar que casi la desmayamos y cuando vio tantas manos que la querían tocar de floja se echo a llorar y nosotros la imitamos. Ah! Pobre maestra mía! ¡como estarás de vieja!... revisame las orejas soy un chico todavía.
No sabes con que alegría quisiera volverte a ver: no me vas a conocer pero entonces te diría:
Yo ocupaba el tercer banco al lado de la ventana el que abría las persianas cuando el sol no daba tanto
El que se ahogaba de llanto el día que te dejo y que nunca te olvido y es por eso que te canto
Vos sos la dulce canción de la edad que ya se fue hoy he venido otra vez para darte la lección:
Preguntame de a traición maestra del cuarto grado que cuanto me has enseñado lo llevo en el corazón.... | |
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