jueves, 31 de marzo de 2016

Vigilia cultural por la gesta de Malvinas

Gaby, la voz sensual del tango, el ballet del Centro Municipal de Estudios Folklóricos, Andrea Zamora, Los del Huayra y el cantante romántico Julio Buznego, quien tendrá a su cargo también la conducción, serán algunos de los artistas protagonistas de la vigilia cultural por la Gesta de Malvinas.
Tendrá lugar mañana, a partir de las 20, en vísperas del Día del Veterano de Guerra y del Caído en Malvinas, en la plaza de Los Héroes (ubicada en Cuyo y la Falda) junto al cenotafio erigido en honor a los caídos en el conflicto del Atlántico Sur.
La destacada cancionista de tango Gaby interpretará obras como "Cuando estemos viejos", "Vientos del 80", "Cuando me entres a fallar" y "Después si quieres hablá", entre otras.
“Es un orgullo poder acompañar la memoria de quienes defendieron nuestras islas en 1982 y honrar a los veteranos. Malvinas nos sigue doliendo a todos, pero siento que para quienes participaron en el conflicto bélico se trata de una guerra que siguen dando todos los días; hay cosas que no pueden superarse nunca, que no se olvidan y, muchas veces, tampoco se explican”, declaró la cantante, quien actuará alrededor de las 22.30.

jueves, 24 de marzo de 2016

12 años del adiós a un bohemio whitense

Francisco Cabeza, Tulio Angelozzi y Tino Diez
El 24 de Marzo de 2004 falleció en Ingeniero White, Pcia. Bs.As., TULIO ANGELOZZI, cantor y, según Tino Diez, el último bohemio whitense.


El de Tulio fue un nombre muchas veces leído por quien suscribe cuando pintamos la cuna de Oscar Aníbal Crudelli en la biografía que realizamos con José Valle en el año 2013 "ROBERTO ACHÁVAL, El último cantor de Pichuco". Es que las cantinas de Ingeniero White, en las que Tulio es un personaje inolvidable, fueron una marca registrada de nuestra región, asemejando aún más a nuestra querida localidad portuaria con el barrio porteño de La Boca.
Comparto aquí una descripción de Tino Diez:

LA CANTINA DE TULIO

TULIO ANGELOZZI ...En verdad sobra el apellido. Fue y será para todos simplemente Tulio y nada más que el rey de la noche whitense. Su historia, que fue la historia de las cantinas whitenses, tomó puntos suspensivos, luego de su paso por las cantinitas municipales.
Pero el embrión de esa monumental movida, se inició, con muchos de los grandes hallazgos, casi por generación espontánea.
En la calle Elsegood, frente al correo, la vinería de los hermanos Di Meglio (que había sido de Lombardo y Sardi), era centro de reunión de la barra de Tulio. Se acercó un porteño, que indudablemente buscaba ambientes ribereños que añoraba de La Boca y se hizo amigo del grupo, por carácter entrador y por que opinaba con criterio de todos los temas, se hablara de fútbol, política, cine o teatro. También pintaba y escribía. Más tarde supimos que era amigo de Victoria Ocampo y repetido concurrente a las reuniones que efectuaba la escritora. Y, como lo comprobó la barra de Tulio, cocinaba y muy bien.
Cantina Tulio, 1964
Una tarde le preguntó a Tulio, si le gustaba la cazuela. Ante la perplejidad de Tulio, que ignoraba de qué estaba hablando, consiguió los elementos necesarios (calamares, mejillones y todo lo demás) y la barra saboreó un manjar como nunca lo había hecho.
Tulio se quedó maquinando mentalmente y al rato le propuso poner una cantina y aunque el porteño intentó excusarse ya que estaba próximo a casarse, fue tal la confianza y seguridad que infundía Tulio, que accedió postergando el casorio. Descontaron la aprobación de José Di Meglio, que se estaba reponiendo de una intervención quirúrgica.
Los bancos y las sillas se las compraron a Fontán y Luciani, la cocina, a crédito, la fió Sabino, y la mesada, la aportó Candell.
Se distribuyeron las tareas. Las paredes fueron pintadas con motivos portuarios, con los elevadores y los barcos; Tulio era el mozo y Carmelo Lupo, cantaba acompañándose con su acordeón y la Cantina Tulio, se abrió el 7 de abril de 1960.
El impacto fue impensado y tuvieron que ampliar las instalaciones tres o cuatro veces.
Después continuó la gloria en lo que fuera el Cine Jockey Club, ahora con el nombre de “Il Vero…”, que tenía la particularidad de tener la cocina a la vista.
Podía albergar a cerca de seiscientas personas. Y fue el lugar de moda para la recepción de la numerosa colonia artística que se hacía presente cada fin de semana.
Cuenta Ampelio Liberali, en su libro “Historietas Whitenses”, que cuando un buen departamento costaba cuatrocientos mil pesos, se hacían cajas diarias que rondaban los tres millones de pesos.
Gustavo Gabí junto a Tulio
Entre los que recuerdan los memoriosos, está Irineo Leguisamo, a quien Tulio le cantó el tango “Leguisamo solo”, que llegó acompañado por Pedro Olgo Ochoa y Mineral; Juan Manuel Fangio, Néstor Fabián, Nelly Vázquez, Jorge Sobral y muchos más como la primera división de fútbol del Club Atlético Boca Juniors, a quien Tulio homenajeó.
Esta época tan sublime transcurrió entre 1967 y 1980, cuando Tulio decidió nuevos rumbos para sus actividades, en el centro de Bahía Blanca.
En la última noche de la cantina “Il Vero”, cenó y cantó el cantautor italiano Nicola Di Bari.

(Confidencias personales de Tulio Angelozzi y datos complementarios del libro, “Historietas Whitenses”escrito por el periodista Ampelio Liberali y editado por el Museo del Puerto).
Nota: Tino Diez.
(Pueden encontrarla completa aquí).

No quisiera dejar de transmitir una anécdota que llegó a nuestro conocimiento a través de Conrado de Lucía: Niccolino Locche fue a cenar a Il Vero y, habiendo comido y bebido en exceso, protagonizó un raro incidente, con un admirador que se acercó a su mesa para decirle en tono festivo: "Yo a vos te fajo en cualquier momento". Niccolino se levantó sin decir palabra, lo durmió de un terrible piñazo.
A la mañana siguiente en el zanjón que bordeaba la curva de la avenida Dasso antes del paso a nivel que ingresa a Villa Rosas: la Torino blanca del campeón parecía haber sido colocada delicadamente de canto en el profundo y estrecho zanjón. (Pág. 65 "Roberto Achával, El último cantor de Pichuco"  -Biondo y Valle- Ed. En un Feca).

Gabriela Biondo

viernes, 11 de marzo de 2016

Florencia Albanesi ofrece Canciones de Amor y Humor

Florencia Albanesi, cantante, periodista con más de 25 años de ejercicio en la ciudad, Locutora Nacional y gran artista, presentará su espectáculo "Canciones de Amor y Humor" en el Café Histórico de Bahía Blanca (Av. Colón 602) el próximo sábado 12 de marzo desde las 21.30 hs.
Será una noche que conjugue música y buen humor ya que la dama es especialista en hacer reír y divertir a la platea con sus ocurrentes canciones, cuidadosamente seleccionadas, y acotaciones tan graciosas como “instructivas” como suele señalar, especialmente para los caballeros en lo que a damas refiere.
Florencia se ha especializado en el periodismo de la calle, el móvil, por lo que tiene muy manyado el contacto con la gente, sus inquietudes, problemas y gustos; debe ser por ello que sus interpretaciones tienen tan buena efectividad y resultados. Aunque hace pocos años que se conoce su faceta artística, Flor confiesa que “El arte estuvo siempre. Todos en mi familia son artistas. Mi Papá era médico pediatra y tocaba muy bien la guitarra, tenía una voz hermosa, cantaba folklore y tango y era muy divertido. Actuaba en las fiestas de fin de año de medicina pediátrica, y eso en algún lugar está. A partir del 2010, por circunstancias personales, cambié la cabeza, iba a clases de canto desde hacía muchos años y por una circunstancia casual en el Histórico Café Museo el dueño me invitó a cantar tango y me pregunté ¿por qué no hacerlo? Así armé mi show Canciones de Amor y de Humor, con tangos, milongas, melódicos y  rancheras mejicanas; me gustaba que las canciones tuvieran un hilván y que la gente se divirtiera, que yo me divierta”. 
Su faceta de cantante ha crecido vertiginosamente gracias a su gran responsabilidad en la tarea y su enorme carisma. Además de sus intervenciones como solista, Florencia realiza el espectáculo “Noche de Brujas” con Gaby "La voz sensual del Tango", y “Muñecas Bravas” donde a las brujas se suman Geraldine Trenza Cobre y Paula Barrio. Todas las variantes tienen el sello inconfundible de su buen humor y optimismo que, desde las tablas, siempre contagian.