miércoles, 3 de octubre de 2012

Con una original apuesta se estrenó “Macbeth” en el San Martín


El miércoles 19 de septiembre se estrenó en la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín  “Macbeth”, una de las obras más aclamadas del dramaturgo inglés William Shakespeare.
Entre el elenco de 22 actores que noche a noche dan vida a los personajes de esta pieza célebre, se encuentran Alberto Ajaka (como su protagonista Macbeth), Mónica Antonópulos, (su esposa, Lady Macbeth) y uno de los actores del momento, Luciano Cáceres (en el papel de Macduff). La dirección está a cargo de Javier Dualte y la traducción de Daniel Zamorano.
Resulta muy difícil decir algo nuevo acerca de esta famosísima historia. Se sabe que  trata sobre la ambición y la traición; que su protagonista es un hombre sin escrúpulos, hambriento de poder, capaz de usar todos sus recursos para alcanzar sus objetivos; que las tragedias shakesperianas tienen casi siempre un mismo desenlace. En definitiva, la pieza conlleva un argumento, lenguaje y código propios del teatro inglés clásico.
Sin embargo, podemos decir que esta interpretación del libro implica una versión estilizada y vanguardista. Si bien los parlamentos se adecuan al texto original (que data del siglo XVII), la escenografía, el vestuario, la iluminación y la música erigen una atmósfera teatral moderna. Lejos estamos de los delicados trajes y las pesadas armaduras de la época, en esta puesta la construcción de la escena es más audaz y revolucionaria, con toques novedosos y originales propios del estilo artístico de su director.

Incluso las tres brujas que hechizan desde un primer momento a Macbeth acusan un carácter provocador que se inscribe desde los movimientos osados de sus coreografías y en su estética, (que algunos en la platea se animaron a comparar con Lady Gaga).
En cuanto a la historia, que hace a la grandeza de esta tragedia shakesperiana, la misma pareciera indagar acerca de cuán lejos puede llegar un ser humano para alcanzar la concreción de sus deseos. “El hombre es el lobo del hombre”, decía el filósofo Thomas Hobbes, y a ese respecto, Macbeth pareciera convertirse en todos esos lobos. Acompañado de la ambición de su joven y hermosa esposa, el hombre accede a sus propósitos más oscuros sin importarle nada ni nadie. Como toda tragedia, gozará de sus placeres y sufrirá también sus consecuencias, pero su camino dejará huellas indelebles, que son las que a la larga instauran una enseñanza y una lección que nosotros  deberíamos no intentar repetir.


Viviana Cipolla
Corresponsal Espectáculos - “La fama es puro cuento”  
Septiembre 2012

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