miércoles, 20 de abril de 2011

Osvaldo Miranda, el caballero



La verdad mi trayectoria no puede ser más linda, porque empecé bien desde abajo, la primera vez que figuré en un programa de teatro lo único que estaba abajo de mi nombre era la palabra "Imprenta". Lúcido, irónico, Osvaldo Miranda recibió el Premio Clarín Espectáculos a la Trayectoria con una seguidilla de chistes y comentarios graciosos.

Tanto humor contrarrestó la imagen de fragilidad que dio al entrar al escenario ayudado por Ricardo Darín y un andador. Lo mismo que su propia autorregulación de la energía al indicar en el reportaje de Clarín muy amablemente pero firme "bueno, ésta es la última pregunta". Miranda sabe cuidarse solo.

Comediante impecable, dandy accesible, hombre elegante, protagonista de filmes como Los muchachos de antes no usaban gomina, y de programas íconos de la TV local (como La nena y Mi cuñado), el de Miranda es un extraño caso de artista admirado por generaciones muy jóvenes, como los músicos de Miranda!. "Hace unos años me vinieron a pedir permiso para usar mi apellido y yo les pregunté ¿por qué? Me dijeron que era elegante y ellos querían hacer algo elegante. Yo les contesté que eso era algo externo y qué lástima que costaba mucho". Decidió apadrinarlos. "¿Y le gusta la música que hacen ellos?". "Y... yo soy tanguero", señala por toda respuesta.

De hecho, su debut fue como cantante de tangos. Más tarde trabajaría con artistas de la talla de Niní Marshall, Luis Sandrini, Ernesto Bianco, Blackie, Irma Córdoba, Enrique Santos Discépolo.

Nacido y criado en Villa Crespo, es hincha fanático de Atlanta. En el año 2004 fue proclamado por todo el pueblo bohemio como el "hincha más famoso del club". Aunque para él el premio más lindo fueron los 4 años en que se desempeñó como presidente de la Asociación Argentina de Actores.

Dice que por la calle, la gente le repite invariablemente tres frases: "¿camina mucho?", "¡qué bien se lo ve!", "¿pero cuántos años tiene?".

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