“Amor a mares” es una comedia de enredos argentina protagonizada
por Luciano Castro y Paula Morales. Además cuenta con las participaciones
especiales de Gabriel “Puma” Goity, Miguel Ángel Rodríguez, Agustina Córdova,
Nacho Gadano y Luisa Kuliok.
Dirigida por Ezequiel Crupnicoff,
la película se centra en la historia de Javier (Castro), un escritor que está
atravesando una crisis creativa porque su mujer lo abandonó debido a su
obsesión por el trabajo. Se siente un fracasado y su enojo con la vida es
inmenso. Mientras tanto, su editor (Rodríguez) lo apura para que presente un
nuevo libro y retome su camino como joven promesa de la literatura. Mediante una propuesta falsa, lo empuja a
embarcarse en un lujoso crucero en busca de nuevas historias que lo ayuden a
estimular su inspiración. El desarrollo del guión se basa en las situaciones
que se suceden a bordo, a partir de la observación que Javier ejerce sobre los
comportamientos de un matrimonio joven (Morales y Gadano), que a primera vista
parecen una pareja perfecta y feliz, pero con el correr de los días irán
descubriendo sus debilidades y secretos.
La trama es tan simple como
estereotipada. Los personajes no sorprenden y los espectadores pueden adivinar
los desenlaces en la medida que se desarrollan las situaciones.
Afortunadamente, aparece “Larry”, el personaje que interpreta el “puma” Goity,
siempre fiel y exitoso en papeles de carácter cómico y chabacano, quien por lo
menos, le suma un poco de humor a la historia y logra “robarle” alguna sonrisa
al público a fuerza de simpatía y gags reiterativos.
No pasa lo mismo con los otros
personajes, incluso con el protagonista central, su interpretación es algo
vacía y sus líneas no fluyen con naturalidad. Aunque el problema no está en el
trabajo de los actores en sí, sino en el propio hilo de la trama, que se nutre
de situaciones poco felices, con chistes y momentos muy trillados, incluso en
el drama amoroso. El film, que podría
inscribirse dentro del género de comedia romántica, se torna iluso y demasiado
obvio, no sólo por su final, sino por el giro de los personajes.
Aunque el cliché es una
resolución muy común en las comedias del género, y las grandes y memorables
producciones de Hollywood se especializan en la utilización de este recurso, en
“Amor a mares” el resultado final es el de una pieza que deja al espectador con
gusto a poco y pensando que sólo se trata de una historia más. Lo que de todas
formas no significa que no pueda dársele una oportunidad a esta película que
ofrece un hermoso paisaje marítimo y muestra desde adentro los lujos y
divertimentos de un viaje en crucero.
Viviana Cipolla
Corresponsal Espectáculos – “La fama es puro cuento”
Diciembre 2012
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