Benjamín Ávila puso mucho más que el guión y
el trabajo de dirección en esta película. Al crear su ópera prima, en parte, también
decidió compartir un aspecto privado de su historia. Aunque no puramente
autobiográfica, “Infancia clandestina”
se apoya en sucesos reales de la vida de
su creador.
Protagonizada por Natalia Oreiro, Ernesto
Alteiro y César Troncoso, esta nueva apuesta del cine nacional, desarrolla
desde una mirada infantil, (aunque no necesariamente inocente), hechos que
hicieron a la historia de nuestro país. La película, también producida por Luis
Puenzo, cuenta con la participación especial de Cristina Banegas y el debut
actoral de Teo Gutiérrez Moreno y Violeta Palukas.
La obra se centra en la vida cotidiana de
Juan (muy bien interpretado por Gutiérrez Moreno), un niño de 12 años,
perteneciente a una familia de guerrilleros, que regresa a la Argentina a fines
de los años 70, para luchar contra el terrorismo de Estado. Como todo joven de su
edad Juan va a la escuela, juega con amigos, comparte tiempo con los suyos. Sin
embargo, la clandestinidad en la que viven sus padres (y su tío Beto), lo obliga
a usar otro nombre (se hace llamar
Ernesto, en obvia referencia al “che”), cambiar permanentemente de casa y de
amigos, festejar su cumpleaños en otra fecha.
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En definitiva, la película es una propuesta
interesante, incluso algunos pasajes están caracterizados mediante imágenes de
cómic, especialmente para representar los momentos más dramáticos y violentos.
Este recurso estético y comunicativo, en parte corresponde a la construcción de
la mirada infantil desde la que se cuenta el relato.
Con respecto al trabajo de los actores, todas
las participaciones son correctas, y se adecuan también a la imagen que
históricamente se nos ha construido sobre los guerrilleros y los terroristas.
Natalia Oreiro nuevamente se arriesga a incursionar en un papel dramático y
sale airosa en su propósito, así como lo hacen Alteiro (el personaje más divertido del guión)
y el reconocido actor uruguayo César Troncoso.
Dicen que cada familia es un mundo, y esta
película concretamente, trata de una muy particular. Así como toda relación
filial, la pieza cuenta con momentos agradables y risas, pero también con
asperezas, tensiones y clishés. Acompañarla es acercarse a la crudeza de las
experiencias de la clandestinidad en la dictadura y nos permite relacionarnos
con aspectos más complejos y privados de
este periodo de nuestra historia.
Viviana Cipolla
Corresponsal Espectáculos – “La
fama es puro cuento”-
Septiembre 2012
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