La trama gira siempre alrededor del personaje
de Jimmy Porter. Es el que genera las tensiones y las interrelaciones a su
alrededor. Su fastidio y enojo con la vida y con la sociedad se plasman en sus
quejas, ataques y manipulaciones permanentes. Pelea, agrede y luego busca
reconciliaciones. Su mundo es un rebuscado círculo vicioso de gobierno y
manipulación.
Sin embargo, lo que más sorprende es la
pasividad con la que los otros se acomodan a su irritabilidad. Él se mueve como
un león en la selva, mientras los demás lo dejan hacer y deshacer, por miedo,
respeto o simple comodidad.
La situación toma un giro cuando aparece
Helena, una amiga actriz de Alison (Andrea Bonelli), que no sólo representa una
mirada ajena sino también la sociedad acomodada a la que Alison pertenecía
antes de conocer a su marido. Su llegada, es la gota que ayuda a derramar el
contenido del vaso y transforma el curso de las acciones. Hacia el final se
develará cuánto pueden (o no) cambiar las situaciones en función de las
decisiones que se toman en la vida cotidiana.
“Recordando con ira”, escrita en sólo
diecisiete días, es la ópera prima de John Osborne y está basada en su propia
experiencia matrimonial. La pieza, aclamada por representar la insatisfacción
social de la juventud en los tiempos de posguerra, no sólo convirtió a su
desconocido autor en una celebridad sino que también revitalizó al teatro
inglés. Puso en el centro de la escena, el debate del concepto de los entonces
denominados Angry Young Men (jóvenes iracundos) y se consagró como un escritor
crítico del establishment británico.
Viviana
Cipolla
Corresponsal
Espectáculos - “La fama es puro cuento”
Septiembre
2012
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